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Por Luis Enrique Sánchez Fernández
Es del dominio público que la política invade todas las esferas de la vida y, cuando la designación del candidato de Morena a la alcaldía de Puebla capital parecía complicarse, aparecieron dos personajes que le bajaron de intensidad a la disputa por la presidencia municipal.
Que los dos personajes aparecieran en la agenda mediática fue una bocanada de aire fresco para colocar las fichas políticas en su justa dimensión.
Y, no es casualidad, el centro del poder político en México, envío a Ana Elizabeth García Vilchis, poblana, a la lista de eventuales y posibles candidatos de Morena.
Y, tampoco es casualidad, Benito encontró arropo en Puebla, convirtiéndose en huésped distinguido del centro del poder de Casa Aguayo.
Y los dos, García Vilchis y Benito, se convirtieron en tema y en centro de la atención popular, periodística y política.
La Presidencia de la República y el Gobierno del Estado jugaron sus cartas y de manera elegante y fina, ejercieron su derecho de réplica. A la disputa por la candidatura a la presidencia municipal de Puebla dieron “contestación, respuesta, reposición, objeción, protesta y alegación”.
Con calma y nos amanecemos.
Mensaje: no aceptamos mensajes mediáticos ni escándalos. Si no se pusieron de acuerdo, nosotros decidimos.
Por lo pronto, Benito es feliz y Ana Elizabeth García Vilchis anunciará este miércoles que no irá por la alcaldía poblana.
Y Pepe Chedraui ser el ungido.
Es cuanto.
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